
La Dirección de Defensoría y Uso de Espacios Públicos, junto a la Dirección General de Seguridad Municipal del Ayuntamiento de Santo Domingo Este (ASDE), llevó a cabo el desalojo de vendedores informales en los alrededores del mercado municipal del sector El Almirante. Sin embargo, este sector ha sido desmantelado en múltiples ocasiones en el pasado, y los vendedores siempre terminan regresando, lo que pone en evidencia que el verdadero problema no radica en la intervención en sí, sino en la falta de estrategias efectivas para evitar que el área se vuelva a arrabalizar.
Durante el operativo, se denunció que las autoridades irrumpieron ilegalmente en propiedades privadas sin contar con la jurisdicción ni las autorizaciones necesarias, lo que generó críticas por presuntas violaciones a los derechos de los ciudadanos. Según el ASDE, la acción buscaba liberar espacios públicos que los vendedores informales mantenían en condiciones de insalubridad y que obstruían el tránsito. Diez días antes, se notificó a los afectados para que desalojaran voluntariamente, pero muchos no cumplieron, lo que desencadenó el desalojo forzoso.
Las acusaciones de abuso se centran en que las brigadas habrían ingresado sin permiso a terrenos privados, sobrepasando sus atribuciones legales. Residentes han señalado estas incursiones como arbitrarias, cuestionando la legitimidad de los métodos empleados. Mientras tanto, la Dirección de Limpieza y Aseo, con apoyo del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo Este, limpió calles y aceras tras el desalojo, dejando el entorno temporalmente despejado.
A pesar de estos esfuerzos, la historia se repite: el sector El Almirante ha enfrentado operativos similares en el pasado, y los vendedores informales reaparecen poco después. Esto evidencia que las intervenciones puntuales no resuelven el problema de fondo. El desafío real para el Ayuntamiento de Santo Domingo Este no está en desalojar, sino en implementar medidas sostenidas que impidan el regreso de los vendedores y el deterioro del área. Sin un plan de mantenimiento efectivo—como vigilancia constante, regulación de la actividad comercial informal o alternativas para los afectados—, el ciclo de arrabalización parece destinado a continuar, frustrando tanto a los munícipes como a quienes buscan un orden duradero en el municipio.

